Los primeros pobladores de la localidad fueron los indios tepehuanos, que fueron conquistados por los españoles en 1561 al mando de Don Francisco de Ibarra.
Las tierras que hoy ocupa el municipio pertenecieron al Conde Súchil, las que tiempo después pasaron a manos de la familia Torres Sánchez en las que edificaron la Hacienda de la Magdalena.
Hecho importante en la historia de ésta región fueron las explotaciones mineras, las que atrajeron a una gran cantidad de inmigrantes.
Establecida la división municipal en el país en el año de 1917, Canatlán fue designada cabecera municipal de la localidad. En los años de 1922 y 1923, procedentes de los distritos de Manitoba y Ontario, llegaron a la región los menonitas, a quienes, por escrito de la Secretaría Particular de la Presidencia del 25 de febrero de 1921, se les notifica la autorización otorgada por el General Alvaro Obregón para ocupar las tierras en las que radicaban, con las siguientes garantías:
No estarían obligados a presentar servicio militar
En ningún caso se les obligaría a presentar juramento
Tendrían el más amplio derecho para ejecutar sus principios religiosos y practicar las reglas de su iglesia.
Podrían disponer de sus bienes de la manera que estimaran conveniente.
Los menonitas no aceptan que los mexicanos contraigan matrimonio con los de su raza, porque no profesan su religión y sus costumbres son diferentes. En sus colonias reinan el trabajo, el orden y la austeridad; son muy laboriosos y su principal actividad es la agricultura, la ganadería y el comercio. A la fecha existen 32 colonias donde habitan 7,000 menonitas, aproximadamente.
En el movimiento agrarista, durante los años de a 1926 a 1929, se fraccionaron 100 hectáreas de terreno del estado de Durango, en las cuales se constituyó la primera división ejidal que dio lugar a la actual población de Nuevo Ideal, siendo sus fundadores J. Galación Rivera, Pablo Vega, J. Cruz Hernández, Saturnino Zaldivar, Genaro Ibarra, Miguel Chávez, Pilar Barragán, Jesús Nevárez, Mariano Robledo, Margarito Soto, Cruz Gurrola, Rafael Salas, Francisco Salas, Irineo Zaldivar, Leonides Robledo, Pilar Garvalena, José Fernández, Evaristo Lozano, Emiliano Rivera, Jesús Hernández, Atilano López y José Quiñonez. éste último, se estableció en lo que hoy es el fundo legal de Nuevo Ideal, llegando a ser tres veces Presidente de la H. Junta Municipal.
De Don Atilano López se asegura que fue el autor del nombre de esta población, ya que era una persona con ideales de progreso y espíritu de superación.
El empuje económico de los menonitas dio lugar al florecimiento comercial de Nuevo Ideal, lo que originó su separación de Tejamen, y el nombramiento de su primer autoridad (juez) del Registro Civil, en el año de 1943. En ese mismo año se estableció el telégrafo y cinco años después la administración de correos.
Durante el siglo XIX existieron grandes núcleos de población, generalmente de Tepehuanos, los cuales fueron incorporados a la nueva cultura dominante por José del Campo Soberón y Larrea conocido como Conde del Valle del Súchil, título que le concedió el Rey Carlos III en premio a los servicios prestados a la Corona.
A la muerte del Conde de Súchil, a inicios del siglo XX, sus diferentes propiedades pasaron a manos de diferentes hacendados, quedando en propiedad de la familia Torres Sánchez las ubicadas en Nuevo Ideal. Las presiones ejercidas por diversos ejidatarios, dio lugar a que en 1924 las propiedades de esta familia se constituyeran en ejidos y, que en 1934 se llevara a cabo la expropiación de las tierras pertenecientes a otras haciendas, con el propósito de dotar de una parcela a cientos de campesinos